Mate.


Pocas cosas en la vida son más tristes que un pollerudo. Quizás un cachorro de ciervo que es comido por leones o un huérfano sordomudo. Quizás. Lo que es seguro es que un pollerudo está seguramente en el top 3 de las cosas más tristes que existen.
Por eso, cuando se ven escenas como la de hoy, en las que la virilidad de un "hombre" es aplastada, no se puede no lamentar y lanzar una súplica por la masculinidad perdida.
Escenas como la de esta tarde, en las que un marido camina contento y orgulloso con su única compra personal y su mujer lo obliga a dejarlo atrás y agarrar lo que ella quiere, lastiman el alma de todos sus congéneres.
Escenas así, en las que un grandulón de 94 kilos cede y baja la cabeza ante una porquería de 44, hacen que uno pierda la compostura, deje la pasividad y el changuito aparte, grite "¡POLLERUDO!" y salga corriendo.

Mousse.

Las películas y los dibujos animados nos han hecho creer que cada uno de nosotros tiene dentro un angelito y un diablito que luchan por ganar en cada decisión de nuestras vidas. En la mayoría de las personas existen como metáfora, pero en Pablito existen realmente, aunque con una sutil diferencia. Pablito tiene un atleta interno –correcto pero molesto- y un gordito interno –simpaticón pero mala influencia-.
Pablito y su gordito caminaban felices con su mousse de chocolate cuando el Pablito atleta atacó. Primero golpeó la mano de Pablito haciendo caer la cajita. Luego golpeó en la boca al Pablito gordito que no pudo defenderse. El atleta encaró la oreja de Pablito y empezó a retarlo. "¿Vos querés volver a ser como antes? ¿Querés volver a meterte a la pileta con remera?"
Pablito se metió el pulgar en la boca y sacudió la cabeza, empujando sin querer al Pablito atleta. El gordito aprovechó la situación, se erigió y susurró "Agarrá el mousse de nuevo, Pablito. Vamos a comerlo todito, metiendo el dedito hasta que no quede nada, si, si. Acordate todo lo que te dolían los músculos culpa del otro. Y el hambre, amigo, el hambre."
Pablito estaba por hacerle caso cuando vio pasar a su compañera de gimnasio, la del culo. Entonces Pablito frunció el entrecejo, murmuró una disculpa al aire, agarró al Pablito gordito, lo colocó en la palma de su mano y cuando el gordito le sonrió cómplice, lo aplastó con su fornida mano. Pablito tomó un Gatorade y corrió para alcanzar a la chica del gimnasio, la del culo.

Carne y Coca Light.


Abelardo Paganini tenía una buena vida. Un buen trabajo, una buena esposa, 3 hijos a los que nunca les faltó nada. Se cuidaba, era culto, un ciudadano comprometido. Tenía todos los días una cena tranquila en su casa, después de un día fructífero en la oficina que gerenciaba. Una cena como la de ese día: una buena carne para proteínas y Coca Light para no pasarse con las calorías. Abelardo compartía la hermosa cena con su familia perfecta hasta que el policía le tocó el hombro, le dijo que debía retirarse del lugar y tuvo que volver al banco de plaza que era su hogar.

Jugo.

En el barrio de Palermo hay un hombre que no ve más allá. No es tonto ni poco educado, simplemente no ve más allá de las cosas. No conoce la ironía, el sarcasmo ni la metáfora. No conoce la verdad oculta del teatro ni el encanto de una trama intrincada en el cine.

Un día, el hombre que no ve más allá, visitó un supermercado de Palermo y vió dos sobres de jugo junto a la lavandina. No se le ocurrió pensar que alguien podría haberlos puesto por error, ni que alguien podría haberse arrepentido de llevarlos, ni que alguien los puso a propósito para tomarles una foto. No se le ocurrió nada y eso fue lo que mató al hombre que no ve más allá.

Lustramuebles.


El editor de este blog está indeciso.
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1)
- Jajajajajajaaj. Jajajajajjaja. Jajajajajaj.
- Jejejejejejeje. Jejejejejeje. Jejejejeje.
- Jajajajajajaaja. Jajajajjaja.
- Jejejejjeje. Jejejejeje.
- Jajajajajaja.
- Jejejejejje.
- Aspirar Blem es lo mejor.

2)
Lucho caminaba al lado de Hugo, haciendo malabares con un Blem.
De repente, se frenó, y en una de sus tantas locuras espontáneas y molestas, le dijo a su amigo: "Mirá". Apoyó el Blem junto a los vinos y con su mejor voz de locutor de publicidades de partido de fútbol transmitido por radio gritó "Nuevo vino en spray, el vino que se toma más fácil."
Hugo revoleó los ojos.
"Un vino sutil y con un suave aroma a roble. Vino Blem, el vino que se disfruta sin copa".
Hugo se hizo el boludo.
"¿Eh? ¿Qué te parece? ¿Eh? Está bien, ¿o no? ¿Eh?¿ Eh?"
Hugo empezó a caminar.
"¿Eh?"

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