Café.


















Ariel era el último de su especie, y su especie estaba al borde de la extinción. Todo hacía presagiar que no duraría mucho más, que en cualquier momento no habría más como él.
El día que finalmente con él desapareció su raza fue triste para algunos, pero muy feliz para él, paradójicamente. Lo que para los dinosaurios fue un meteorito o el congelamiento, para Ariel fue un amigo. Un amigo que le mostró una página en Internet, donde a sólo un clic de distancia podía mirar horas y horas de gente haciendo el amor.
Así desapareció el último hombre que no conocía la pornografía en Internet, y al instante se fue al súper a comprar provisiones que lo mantuviesen despierto un largo rato.

Pages

Super mercados. Mini historias. © 2008 Template by Dicas Blogger.

TOPO