Capuccino.
En mis días de detective, nunca me había topado con un caso similar. Un caso que me llevó años resolver. A continuación, reproduciré partes de la investigación.
En la página 27, del legajo número 4 del caso, consta la declaración de la encargada de seguridad que estaba de oficio en el momento del incidente.
"Yo estaba charlando con Miguelito en mi puesto. Miguelito me estaba tirando un poco los perros en realidad, pero bueno, el tema es que estaba ahí y veo un tipo medio sospechoso al lado de la góndola de los Tic Tacs y eso. Me quedé mirándolo y me di cuenta de que llevaba como media hora parado ahí, con una cajita en la mano, y que no sé porqué, tenía dos nenitos al lado suyo. Dos nenitos que me parece que no eran nietos, ni hijos, ni ahijados ni nada de el tipo este."
El testimonio de un hombre que estaba en la cola en la caja de al lado arroja un poco más de luz sobre el asunto.
"El viejo estaba dale que dale con la cajita de Tic Tacs. Shic shic shic shic shic shic shic shic shic shic shic shic. Hacía como un sonido medio hipnotizante y se le acercaron dos pibitos. Como medio embobados los pibitos. Uno, de lo taradito que estaba, dejó lo que tenía en la mano y se agarró del viejo."
Pero el testimonio más esclarecedor fue el de un cajero joven y lleno de acné que vió más allá de los acontecimientos y fuera de micrófono me contó la verdad.
"El viejo era un pedófilo de aquéllos."
Caso cerrado.